Dino Buzzati es el autor de este breve relato. Conocido por sus cuentos, en los que suele mezclar elementos fantásticos o de ciencia ficción, sus novelas presentan enrevesadas situaciones. “Grandeza del hombre” es una de ellas, en este caso trata sobre una serie de cuentos encadenados como una matrioska. En todos los cuentos se habla sobre Morro el grande.
Esta historia comienza en la cárcel, un nuevo preso ha sido encarcelado y su apariencia llama la atención desde el primer momento pues es un anciano inocente que ha sido encarcelado por ser un vagabundo, lo que conlleva al resto de compañeros de celda a juzgarlo sin conocerlo como un pobre viejecito inofensivo, pero resulta que contando una historia fue capaz de ganarse el respeto de los más fuertes. Y esto me parece un acto de valentía porque encontrarse ante la situación de estar compartiendo celda con cuatro o cinco delincuentes capaces de matarte cuando menos te lo esperas, supone tener agallas y afrontar la situación con firmeza.
Desde mi punto de vista creo que el autor quiere crear una especie de duda en lector acerca de si la historia que cuenta el protagonista es real o no, pues es extraño que todos los hombres que menciona el anciano se llamen igual, Morro el Grande. Se trata de una historia circular que al fin y al cabo nos lleva a entender que el mismo anciano que parecía inofensivo resulta ser un hombre afortunado y con un gran poder.
Por lo que un tema principal es el error de primacía consiste en juzgar a las personas por una primera apariencia, al principio vemos al pobre anciano como un indefenso pero resulta que al final de la historia es admirado por todos.
Esta historia me ha gustado por la enseñanza que podemos sacar, además de evitar juzgar sin conocer a los demás también puedo destacar que las personas no nos conformamos con lo que tenemos puesto que en la historia que cuenta el anciano el guerrero admira la sabiduría del sabio y esta inteligencia es algo que el no posee, sin embargo no se ha dado cuenta de que el también es destacado por su fuerza. En resumen las personas valoramos más las cualidades de los demás sin fijarnos en las nuestras propias.
MI RINCÓN DE PENSAR 